Una compañera mía se fue hace unos días de camping a Portugal. Cargó su furgoneta con sus cosas y, por supuesto, se llevó consigo a su perra. Aparcaron en medio de un pinar y el paisaje no podía ser más espectacular.
Sin embargo, en mitad de la noche, vieron que su perra tenía la cara hinchada y dificultades para respirar, y tuvieron que salir pitando en búsqueda de un veterinario de urgencia en mitad de la nada.
Afortunadamente, su historia acabó bien, después de un millón de llamadas y la ayuda de los vecinos del pueblo, pero mi compañera lo pasó fatal porque veía que su perra empeoraba por momentos y ellos no daban con ningún profesional que la atendiese a esas horas de la noche. Hoy, después del tratamiento, la perra está perfecta y todo quedó en un susto.
El veterinario les dijo que probablemente la perra había lamido (o, simplemente, olido y rozado) una oruga procesionaria, tan comunes en los pinares. Cuidado con estos bichos, son extremadamente venenosos para nuestros perros, que todo lo olisquean y lamen. Puede provocar necrosis y su veneno puede llegar a ser mortal si no se trata a tiempo.
Por si acaso vais a ir al campo, aquí tenéis los principales síntomas que permiten saber si vuestro perro se ha topado con una de estas:
- Hipersalivación (babeo)
- Excitación exagerada
- Prurito facial (el perro se rasca la cara)
- Inflamación de la lengua y labios (o de toda la cabeza)
- Vómitos
- La lengua cambia de color y se agrieta
Mirad bien los pinos: cuando hay procesionarias, podréis ver los nidos, que son como bolsas blancas que cuelgan de las ramas.
Lo mejor que podéis hacer, es lavarle la cara con agua y jabón inmediatamente y corred al veterinario. Para evitar la odisea por la que tuvo que pasar mi amiga, lo ideal es llevar buscado un veterinario de urgencia desde casa que esté cercano al lugar donde os alojaréis durante las vacaciones. En este buscador, podéis encontrar veterinarios de todas las localidades de España:
También podéis llevar el teléfono de un veterinario 24h con el que podáis hablar por teléfono mientras llegáis a la clínica, ya que en algunos casos pueden ser muy útiles sus consejos. Y, cuando vayáis de viaje, no olvidéis coger la cartilla veterinaria.
Por último, os aconsejo que nunca automediquéis a vuestros perros: hay medicinas, como el ibuprofeno o la aspirina, que son altamente tóxicas para ellos, y podemos agravar la situación pensando que la estamos aliviando.
Llegados estos casos, lo más aconsejable es siempre mantener la calma, buscar a un profesional que nos ayude y, en cuanto nuestro chucho esté curado, disfrutar de nuevo juntos de nuestras vacaciones de verano.
Lo más lógico en un caso como este, sería llevar un botiquín de urgencia, supervisado por el veterinario, para que, al menos, podamos esperar a un veterinario en horario laboral.
ResponderEliminarBuen consejo, Inquisidor! El botiquín que no falte, con betadine, vendas, limpiador de ojos / oídos... No sé si habrá algo relacionado con las orugas que podamos comprar, la próxima vez que vaya al veterinario, le preguntaré! Gracias por tu comentario, un saludo!
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