Este blog tiene una doble función: por un lado, me gustaría que me sirviese a mi de aprendizaje. Por otro, trato de compartir algunos conocimientos relacionados con los perros para quien le pueda interesar.

No pretende ser una guía canina ni es rigurosamente científico, se trata de simplificar conceptos y transmitirlos de una forma amena para quien no esté familiarizado con este mundillo.

sábado, 11 de mayo de 2013

En el amor y en la guerra

 sacrificar (Del lat. sacrificāre).
3. tr. Poner a alguien o algo en algún riesgo o trabajo, abandonarlo a muerte, destrucción o daño, en provecho de un fin o interés que se estima de mayor importancia.

Escuchando un podcast llamado "Stuff you missed in History class", me enteré de que, Estados Unidos, de cara a utilizar perros en la II Guerra Mundial -como habían ya hecho muchos otros países en la primera- hizo un llamamiento a su población para que las familias donasen a la causa a sus propios perros y poder enviarlos también al campo de batalla.

Cerca de veinte mil perros fueron enviados a filas de forma voluntaria por parte de sus dueños. Fueron Pastores Alemanes que, hasta ese momento, jugaban con la pelota en sus jardines; Dobermanns que corrían como balas a morder al cartero; Pastores Belgas que protegían al ganado; Schnnauzers que, desde su sofá, dormitaban con un ojo abierto por si alguien entraba por la puerta. Estas razas fueron, precisamente, las más cualificadas para la guerra, ya que el 45% de los "voluntarios" no aprobaron un entrenamiento básico y pudieron volver a sus casas sanos y salvos.

Perros en la II Guerra Mundial

EE.UU. envió, después de entrenarlos durante 2 largos años, a quince pelotones de perros de guerra: siete se repartieron por Europa y ocho fueron al Pacífico. Los soldados los recibieron entre risas escépticas, pero pronto se dieron cuenta de que esos animalitos les podrían salvar la vida detectando explosivos, minas, acercándoles el botiquín, arrastrándolos de vuelta a las trincheras si caían heridos, llevando mensajes de un lugar a otro e incluso repartiendo cigarrillos.


Mandar a tu perro a la guerra, sacrificarlo, al igual que dejaste ir a tu hijo, primo, hermano... es algo que te da qué pensar. Creo que yo jamás enviaría a mis perros -ni a ningún ser querido- a luchar una batalla, fuera por la causa que fuera. Pero una cosa es lo que piense yo, que coincide también con lo que opina la Organización por el Tratamiento Ético hacia los Animales (P.E.T.A.), y otra lo que pensaron ellos.



Escuela Cinológica de la Defensa
Sí estoy de acuerdo en que haya unidades de perros de apoyo, rescate y salvamento, que ayuden a las tropas en tierra hostil. Pero, afortunadamente, a día de hoy ya no se reclutan perros domésticos como entonces, sino que existen unas unidades K9 excelentes en la mayoría de países, que entrenan a los perros desde su cría selectiva para esta misión, al igual que se entrenan a los perros lazarillo. En España, el Ministerio de Defensa cuenta con la Escuela Cinológica de la Defensa que se encarga de adquirir y adiestrar perros bien dotados para la detección de explosivos, armas, drogas y personas, entre otras especialidades. Y, gracias a los perros, en cualquier catástrofe las posibilidades de encontrar vida se han multiplicado.

El entrenamiento de un perro para buscar seres humanos vivos no tiene nada que ver con el entrenamiento de un perro para buscar cadáveres, esto lo aprendí yo el otro día viendo un documental sobre las labores de rescate del 11-S. Los perros tienen sus "preferencias" y se especializan en un sentido u otro, utilizando sus 225 millones de receptores olfativos (nosotros sólo tenemos alrededor de 5 millones) para olfatear hasta llegar a su "premio" y sentarse o ladrar para indicarlo.

Se supone que el perro es fácilmente adiestrable para esto porque para ellos es como un juego, no se trata de buscar personas: para ellos es lo mismo buscar una pelota que unos restos humanos. Cada cosa tiene un olor y ellos simplemente lo siguen hasta encontrarlo. Sin embargo, en los escombros del World Trade Center, cuando los perros especializados en encontrar heridos vivos se dieron cuenta de que ya no encontrarían allí a nadie más con vida, automáticamente pasaron a avisar de los cadáveres que fueron rastreando, a pesar de que no habían sido adiestrados para ello. ¿Por qué? Porque el perro, está claro, sigue siendo el mejor amigo del hombre.



2 comentarios:

  1. Hola Montalvo, he caido en tu blog por casualidad, y me ha gustado tanto que en mi post de recomendación semanal, te he recomendado. Espero que te guste. Saludos¡¡. Este es mi blog: http://soandoconperros.blogspot.com.es/

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    1. MUCHAS GRACIAS! Me alegro de que te guste. Voy a leer yo tb el tuyo!

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