Este blog tiene una doble función: por un lado, me gustaría que me sirviese a mi de aprendizaje. Por otro, trato de compartir algunos conocimientos relacionados con los perros para quien le pueda interesar.

No pretende ser una guía canina ni es rigurosamente científico, se trata de simplificar conceptos y transmitirlos de una forma amena para quien no esté familiarizado con este mundillo.

domingo, 10 de febrero de 2013

El gen positivo

La tormenta de nieve Nemo ha arrollado este fin de semana gran parte de la costa Noreste de Estados Unidos, dejando a casi un millón de personas sin luz.



En Boston, la ciudad ha amanecido cubierta por más de un metro de nieve, bajo la mirada atónita de los ciudadanos que, aunque acostumbrados a sacar la pala para poder salir de casa, hacía mucho que no veían nada igual.

Sigo a través de Instagram a una educadora canina de allí que tiene varios perros de distintas razas (un Braco alemán, una Mini Bull Terrier, dos Labs y un Galgo) y se sorprendía de que sólo sus dos Labradores disfrutasen ayer de su jardín completamente blanco. Lógico, el Labrador es un perro al que la nieve le entusiasma. De hecho, es un perro que se entusiasma con casi todo: charcos, barro, ríos, nieve... lo que se encuentre en su camino. Ellos se adaptan a lo que se encuentran y lo disfrutan como lo que más. De ahí que sean maravillosos perros de salvamento, de caza, de compañía y de utilidad para personas discapacitadas.

Hay millones de casos donde los Labradores han actuado como súper héroes en la vida real. El primero que viene a mi memoria es Salty, aquel que ayudó a su dueño ciego a bajar 71 pisos de una de las Torres Gemelas para salvar su vida. Ese perro reaccionó mejor al protocolo de evacuación que la mayoría de los humanos.

El truco está en que no entran en pánico, tienen una especie de "gen positivo". Con el entrenamiento adecuado (no pensemos que nacen perfectamente educados como perros lazarillo) ellos despliegan ante sus dueños sus encantos naturales y hacen del mundo un sitio un poco mejor. Y, si hay que nadar, se nada. Y, si hay que llamar a emergencias, se llama. Y, si hay que correr bajo la lluvia, se corre. Y, si hay que abrirse paso entre la nieve, se abre. Porque estos perros hacen de cualquier situación adversa, algo con lo que divertirse. Un reto que superar.

Al fin y al cabo, cuenta la leyenda que esta raza surgió por el cruce de un perro y una nutria allá por Terranova, la zona de Canadá donde, precisamente, hoy se está cebando la tormenta. Seguro que sabrán lidiar con ella.



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