Este es Pancho |
Pancho es un perro adulto y, como tal, tiene un pasado que nunca sabremos. Por tanto, he de llenarme de paciencia y perseverancia para conseguir sacar de él lo mejor y que olvide, lo antes posible, lo mal que lo ha pasado antes. No es fácil, ni para él ni para mi. Como su principal problema es que no está correctamente socializado y tiene muchos miedos, he decidido hacer terapia intensiva juntos yendo a lugares transitados para que interactúe con mucha gente y muchos perros.
Ayer, por tanto, Pancho y yo fuimos, por primera vez, a un parque de perros en Miami: el Trails and Tails del barrio de Doral. Pancho parecía contento con la excursión pero a mi casi se me desencaja la mandíbula al llegar. En España, este concepto definitivamente no existe.
Esto es un parque para perros... y lo demás son tonterías |
El Parque, que abre desde el amanecer hasta que cae el sol y es de entrada gratuita, consiste en, básicamente, cuatro áreas diferenciadas: un parque vallado para perros de talla pequeña, un parque vallado para perros de talla grande, un parque vallado con columpios para niños y una zona con mesas de picnic, lavabos públicos, máquinas de vending y área de lavado para perros. En total, son más de 30 mil metros cuadrados inmaculadamente limpios al servicio de las familias y sus mascotas.
Panorámica de la zona de perros pequeños... la de los perros grandes es igual |
Zona infantil con columpios y aparcamiento de patinetes y triciclos |
Las zonas para perros propiamente dichas son espectacularmente grandes para que puedan correr sueltos a sus anchas y se entra a ellas por una doble verja (para evitar escapes). Dentro, hay bancos a la sombra de los árboles para los dueños y mucho, mucho césped -perfectamente cuidado- para los perros, además de las papeleras con bolsas y fuentes de agua para que beban caninos y humanos.
Pancho bebiendo un poco de agua |
En la puerta de cada una de las zonas hay unas normas de uso y la medida que tiene que tener tu perro para poder entrar al parque de los grandes o los pequeños. Y, por último, dentro del parque hay 3 personas contratadas para estar pendientes de todas las áreas y evitar peleas entre perros o asegurarse de que los dueños recojan los excrementos.
Pancho "midiéndose" antes de entrar |
El área de lavado de perros consiste en varias zonas valladas, cada una con su manguera, en las cuales puedes bañar tú mismo a tu perro. Basta con traer el champú, un par de toallas y te llevas de allí a tu perro limpio y reluciente.
Aseos y entrada a la zona de lavado de perros |
Lavadero de perros |
Me quedé fascinada con este lugar. Acostumbrada a los parques para perros de Madrid, escasos (que yo conozca, sólo están las zonas acotadas dentro del Juan Carlos I, la del parque de El Retiro y un área en el Manzanares, dentro de la ciudad) y tristemente pensados (cercados de madera que sólo evitan el escape de perros grandes, una sola fuente dentro del recinto, las bolsas suelen escasear en según qué zonas, el terreno siempre es de tierra que se embarra cada vez que llueve...), a mi este lugar me pareció el cielo canino.
Y he visto que hay más de media docena de parques similares a este sólo en el condado de Miami-Dade. Así que Pancho va a tener suerte... y yo también.
Yakone, Sun y yo queremos un parque así!
ResponderEliminarQué alegría ver que por fin vuelves a publicar por aqui¡¡¡... Feliz año nuevo wapa y espero que tu vida por allí sea de lo más reconfortante. Muchos besos¡¡¡ :)
ResponderEliminarGracias, Karmela! He estado ocupada y escribiendo en otro blog sobre mi vida aquí... pero ahora que tengo a Pancho intentaré compaginar los dos. Un beso!
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